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Ya hemos visto en las entradas anteriores todo tipo de estaciones intermedias, su porqué, su complejidad o simplicidad. Se ha querido transmitir que la creación de una o varias estaciones intermedias depende de dos factores, voluntad y capacidad. Capacidad para acometer este tipo de infraestructura no ha habido siempre y me temo que voluntad, casi nunca, por muchos y diversos condicionamientos, algunos de ellos algo espurios también. Se han manejado cifras exorbitantes que, claro está, desalentaban acometer una infraestructura como de la que hablamos, cifras quizás algo exageradas. Es más, creo que los informes que se han solicitado para oficialmente “desaconsejar” la creación de  una parada intermedia han costado más dinero que lo que ha supuesto construir alguna de las estaciones intermedias  que hemos visto en estos escritos.

En fin, que no ha habido excesiva voluntad, por parte de la mayoría de las instituciones, colectivos, etc., implicados en el asunto para establecer dicha parada. Algunas veces sí, y he de decirlo, la ha habido desde la propia Empresa cuando también había capacidad de llevarla a cabo pero, por las circunstancias que fueran, nunca llegaron a buen puerto.

Y para cerrar definitivamente el círculo un pequeño apunte sobre lo que se ha hecho este último año estableciendo una infraestructura de eficiencia muy dudosa [1] en un lugar donde, sin duda alguna, podría haberse instalado una estación intermedia en la zona de Ciudad Jardín que captaría gran cantidad de vecinos de Uribarri que se ven obligados a bajar hasta la Plaza del Funicular para tomar el funi.

Como podemos ver en esta fotografía correspondiente a la maniobra que trasladaba el vehículo desde la vía al taller, muy bien ejecutada por cierto, podemos contemplar, muy claramente, que no sería nada, pero nada difícil que pasajer@s hubieran podido utilizar ese lugar para  tomar el funi para subir a Artxanda o descender y apearse allí desde dicha cima sin tener que descender hasta la plaza del funicular para luego volver a subir. Pero ya comentamos desde el primer capítulo de esta serie que hoy en día y si las circunstancias no cambian el funicular no está mirando al barrio ni a sus gentes sino que, quizás también obligado por las circunstancias, es al turista al que va dirigido principalmente este servicio. Al turista y a mimar determinadas estructuras y servicios del funicular en perjuicio de otros.

[1] Sería bueno conocer si para hacer esta maniobra en concreto, para estos vehículos en concreto  que quizás deban de ser sustituidos prontamente por otros más espaciosos, esta infraestructura era la única alternativa. ¿Cómo lo hacen en otros funiculares donde no vemos algo parecido a esto?. Lo único que he querido subrayar es que una estación intermedia en ese lugar, tal como pasa en otros muchos de los funiculares que conozco sí era posible, pero indudablemente las decisiones las toman otras personas a quienes nosotr@s votamos y elegimos para que lo hagan en Empresas como estas sujetas al presupuesto municipal. Y así lo hacen.

Con este artículo simplemente he querido cumplir la promesa que hice hace tiempo pues han sido muchas las personas que durante estos años quienes, sabiendo que trabajaba en “el funi”, me interrogaban una y otra vez sobre la parada intermedia. Siempre intenté trasladar la opinión de la Empresa, mi Empresa, aunque manifestando siempre que a mí no me parecía tan difícil  el establecerla. 

             

FIN