Tras el paréntesis que significó la entrada anterior continuamos con el asunto de las estaciones intermedias.
Pero, como decíamos, las estaciones “intermedias” no se sitúan siempre en mitad del recorrido sino que lo hacen donde vayan captar flujos de pasajeros, donde la instalación es más accesible, etc.
En imagen contemplamos una parada intermedia de uno de los cuatro funiculares que ascienden por las laderas del monte Vomero en Nápoles, Italia, en concreto el Funicular Montesanto a Vomero.
¡¡Muy interesante el sistema de funiculares de Nápoles!!
Todas estas líneas de funicular en Nápoles están integradas en la red de metro de la localidad. Como podemos contemplar los vehículos son de gran capacidad, la necesaria en una ciudad que se asienta en gran parte sobre la ladera del mencionado monte [1]. Todos los funiculares presentes en esta localidad presentan numerosas estaciones intermedias, algunas en superficie como estas, otras en pleno túnel.
Pero tampoco pensemos que todas las estaciones intermedias son de gran tamaño y preparados para una gran afluencia de viajer@s. En la siguiente imagen podemos ver una algo más modesta. Esta parada en concreto es una de las múltiples existentes en el funicular suizo de Sierre – Montana – Crans que pasa por ser uno de los de mayor recorrido del mundo y que se formó por la unión de dos secciones de los dos funiculares precedentes, evitando transbordos, y así conectar a gran velocidad las dos zonas de mayor población que se encuentran precisamente en los extremos, Sierre y Crans-Montana.
Pues bien, este funicular cuenta con hasta 6 estaciones (apeaderos más bien y quizás ahora sean más) intermedias [2] como podemos ver en el panel que se encuentra en el interior de los vehículos. Algunos de los viajes son directos y otros van realizando paradas a demanda tal como ocurre también en otros muchos funiculares como en el Funicular de Bergen que contemplaremos posteriormente. En muchas ocasiones las paradas intermedias son simétricas, es decir, imagina que la parada señalada como Marigny coincide en el sentido contrario con la denominada Muraz, pero en otras ocasiones no ocurre así y observamos que el vehículo se detiene en un lugar sin apeadero y nos hace preguntarnos ¿Por qué se habrá parado aquí? ¿Será una avería? No, se trata simplemente de lo que se denomina contra parada, así anunciada convenientemente en dichos lugares, en este caso y tratándose de la zona francófona de suiza veríamos un cartel con la reseña “Contre-arrêt”.
Aquí a la derecha contemplamos una de las múltiples estaciones intermedias existentes en el Funicular de Bergen: Bergen Fløibanen. En este funicular, al igual que en el anteriormente mencionado un recorrido es directo y el siguiente va realizando las sucesivas paradas, hasta seis, igualmente a demanda, es decir, que deberás solicitarlas con anterioridad desde el propio vehículo puesto que si no detecta ninguna petición ni desde el propio vehículo o desde la estación intermedia el vehículo no se detendrá. La primera vez que lo visité era el propio conductor/a quien debía de encargarse de abrir y cerrar las puertas de acceso a los andenes, hoy en día ya algo más automatizado aunque con la presencia del conductor/a para el correcto acceso y desalojo de los andenes. (Aunque a mí me dejó quedarme un ratito para hacer algunas fotos…) ¡¡Tusen takk !!
En fin, un funicular que combina su indudable carácter turístico puesto que desde su parte superior se contemplan unas bellas vistas de Bergen, con la accesibilidad a esas zonas intermedias con edificaciones de densidad media.
Parte V
[1] En el artículo que titulamos Bilbao año 2000; 2.560.000 habitantes ya hablamos que a principios del Siglo XX algunos vislumbraron un Bilbao con ese número de habitantes por lo que, al igual que Nápoles, debería crecer por la cantidad de montañas que le rodean.
[2] Pero precisamente en estos días encuentro que la Dirección de este funicular quiere suprimir algunas de esas estaciones intermedias. |