El inicio del año 1915, al igual que pasara tanto en 1913 como en 1914, viene marcado también por la “batalla del túnel del matadero” que finalizaría el 15 de febrero cuando el Ayuntamiento, convencido por fin en la solidez  del proyecto de horadación del túnel basado ahora en la “formulación de Renkin”, autorizó el inicio de las obras. El 25 de marzo se anunciaba en la revista La industria Eléctrica el inminente comienzo de las mismas detallando con profusión sus características principales.

Aunque poco después se comunicaría …

¡¡otro  retraso!!

  …en este caso por las dificultades de importación de cierto material eléctrico en tiempo y forma pues, recordemos, Europa se encontraba inmersa en un terrible conflicto bélico. ¡¡Pues otro más!! ¿Sería el último? Me temo que no.

Todas estas dificultades obligaron a retrasar la fecha de inauguración del Funicular que se esperaba para el Verano de 1915, coincidiendo con la  época del año de mayor  demanda, tuvo que aplazarse hasta inicios del Otoño. Es más, si se hubieran cumplido las previsiones el Funicular de Archanda, al igual que su hermano donostiarra, hubiera comenzado a funcionar sin la concesión administrativa correspondiente que no llegó hasta el 27 de agosto a nombre de Evaristo Sanmartín que fue el titular de la misma hasta que poco tiempo después la Sociedad la recabara para sí misma.  Al menos en Bilbao cumplió las formas.

Un mes después de llegar la citada concesión (¡¡Vaya récord!!) ya se realizaron con plena satisfacción las pruebas definitivas para la puesta en marcha del anhelado funicular, proyectándose la fecha de 3 de octubre, domingo, para la inauguración. No pudo ser, una vez más por otro retraso, ya el último, debido a un litigio con unos terrenos cercanos a la estación inferior del funicular, quizás la primera estación subterránea de ferrocarril en Euskadi. Esta última zancadilla administrativa no impidió una  inauguración para un grupo de amigos, periodistas, etc. Lo hizo como podéis contemplar en las imágenes de una manera absolutamente precaria, pero lo hizo, incluso se pudo degustar un menú en el Restaurant del Casino que no había concluido su construcción, menos aún ni la pista de patinaje ni el Txakoli que tuvieron que esperar unos meses más.

¡¡Se consiguió!!

Sin embargo no pudo ser la “inauguración oficial”, es decir, la que ya habilitaría al pasajero a subir a Artxanda sino que esta tuvo que esperar al día 7 de octubre, jueves, para llevarse a cabo.

Curiosamente, en el centenario del Funicular de Artxanda también se celebraron dos eventos; uno en el que el Barrio de Castaños celebró, un domingo,  su particular Centenario y días más tarde, también un jueves, las autoridades hicieron lo propio.

¿Cuál fue por tanto la verdadera fecha de inauguración de nuestro funi, el 3 o el 7 de octubre?

Si revisamos los libros de historia, historia ferroviaria me refiero, suelen aparecer dos fechas como correspondientes; una a una inauguración digamos “de foto” donde a las “autoridades” se les contempla cortando cintas, haciéndose fotos, etc. y otra que habilita al usuari@ a utilizar el servicio, fechas que no suelen diferir mucho en el tiempo. Para mí siempre es más aceptable la segunda, es decir, la que da comienzo, de verdad, al servicio.

Es por ello que entiendo que es la del 7 de octubre la fecha correcta pero, si esto es así, habrá que admitir también que la inauguración del Funicular de Artxanda II no se produjo un 30 de abril de 1983 como aparece en la placa que podéis contemplar en la estación superior del funicular sino en la del 17 de junio del mismo año cuando  dio inicio  la verdadera puesta en servicio del funicular. (Entre ambas fechas, lo habréis adivinado ya, se celebraban elecciones municipales y ¡¡claro!!, al Alcalde que lo impulsó y que sabía no repetiría en el cargo no le haría ninguna gracia que otro Regidor inaugurara la instalación.

Sea como fuere lo que hoy queremos, tal y como hoy se dice, “poner en valor” es que en un año difícil como fue 1915, Bilbao pudo inaugurar finalmente su funicular siendo, si nuestros datos son correctos, el único en el mundo que se inaugurara dicho año. Esta y otras particularidades sí que hicieron a nuestro funi “único en el mundo” como podremos comprobar.

Pues sí, un Mundo en guerra y en Bilbao… inaugurando un funicular.

Tantos problemas, tantos retrasos provocaron que el Alcalde de Bilbao en ese día fuera Ricardo Power Zabala y no Benito Marco Gardoqui que tuvo que dimitir días antes. El mandatario de Begoña (municipio donde se encuadraba Artxanda) era Carlos María de Orúe.

Artxandako Funikularra, 1915-2015.  Juanjo Olaizola Elordi y Joseba Barrio Ezkerra