Toca hoy comenzar a hablar del accidente más grave que ha tenido en sus casi 100 años de funcionamiento el Funicular de Artxanda. Nos encontrábamos en el año 1976 y el Funicular de Archanda ya había tenido que ceder todo su Patrimonio, a excepción de la concesión ferroviaria,  a cambio de que el Ayuntamiento de Bilbao le siguiera ayudando financieramente. Entre otros, le transfirió los terrenos donde en 1975 se inaugurara el primer polideportivo municipal de Bilbao y otros negocios, otros terrenos y…

¡¡Hasta un refugio subterráneo!! 

Refugio situado en los bajos de la explanada que sustentara el Casino, el lugar que hoy en día ocupa  el Mirador. Desde ese punto pudo emitir Radio Euzkadi las últimas transmisiones de radio antes de que las tropas sublevadas arrasaran el lugar en Junio de 1937.

En imagen un vehículo en las inmediaciones de la estación superior en tiempos cercanos al accidente que comenzamos a relatar hoy. Contemplamos dos edificios; la propia estación y a su lado y a menor altura un edificio que se encontraba unido a la estación mediante una pasarela y que fue presentado en su día como una dependencia anexa a la estación…¡¡Menuda historia que relataremos a su tiempo…!!

Pero hablamos de un Ayuntamiento que no disponía de los recursos que pueda manejar hoy, donde sus trabajador@s debían incluso pluri-emplearse para poder completar un salario digno puesto que los salarios eran muy bajos comparados al sector privado.

Las cuentas del Funicular, pese a disfrutar de sus años de oro en lo que se refiere a utilización siendo Artxanda como era un punto de interés de primera línea, etc., no iban bien y se vieron muy afectadas por un incremento de los gastos de personal debido principalmente a que los costes indirectos, Seguridad Social, etc. aumentaron considerablemente.  Pues bien, debido a lo anteriormente comentado, escaso salario, el responsable de llevar la parte técnica y administrativa de la Sociedad,  al igual que lo hizo con anterioridad su propio padre, decidió cambiar de Empresa, siendo sustituida por otra persona encargada de la parte técnica siendo y otra se ocupó de la parte administrativa.

A la espera de una necesaria reforma en profundidad del Funicular, cuestión ya planteada, un día de Junio de 1976, en concreto el día 14, los empleados observaron unos pequeños desgarros en el cable del funicular, cuestión que fue rápidamente trasladada a la Dirección y ese mismo día decidió paralizarse el servicio en espera de que se les pudiera proveer de un nuevo cable que sustituyera al dañado. Es preciso aclarar una cuestión antes de continuar, cuestión que muchas personas nos preguntan cuando viajan en funicular.

¿Y si se rompe el cable?

Pocas cosas puedo imaginar que pudiesen provocar la ruptura de un cable como el que utiliza un funicular pero decir que, en caso de que esto se produjera, no implicaría necesariamente un accidente de consecuencias catastróficas. Todos los funiculares, lógicamente, van provistos de una serie de frenos, algunos de los cuales solo funcionan si el vehículo está unido al cable. Pero otros, denominados frenos de raíl, actúan precisamente cuando la unión cable-vehículo se ha visto comprometida, no necesariamente porque se haya roto el cable sino simplemente porque se haya producido una falta de tensión en el mismo debido a un frenazo brusco, etc., o se haya accionado algún tipo de mecanismo para accionarlo debido a algún peligro inminente.

En este caso actúan unos frenos que …

Parte II